La relación entre reconocimiento y productividad
- Mariedith Losan
- 4 feb 2021
- 4 Min. de lectura
El otro día en una de mis sesiones de psicoanálisis (siempre hay algo que trabajar, me gusta seguir investigándome y probando con diferentes alternativas de terapias para poder recomendarlas), tuve uno de esos momentos donde haces conexiones, o sea como un momento “Ajá”.
Hablando del reconocimiento y cómo a pesar de la edad siempre lo sigues esperando de tus papás, llegué a otra conclusión que creo que a todos los que tenemos hijos nos podría servir.
Cuando reconoces lo que tu hijo hace, no con palabras bonitas, tipo; “eres lo máximo”, “que bien lo hiciste”, “te quedó increíble”, sino diciéndole lo que su acción aporta o la forma en la que beneficia a otros, a su núcleo familiar, amigos, comunidad, compañeros ayudas a ese niño a identificar cuáles de las cosas que hace sirven, son positivas, aportan y sobretodo a qué sirven o qué aportan.
Cuando dices; “está increíble tu cuarto” es una opinión muy subjetiva y tiene todo que ver con tus expectativas y no con lo que el niño hizo bien. Qué pasaría si mejor dijeras: “cuando no hay zapatos y juguetes en el piso, me es más fácil entrar a leerte tu cuento en las noches. Te agradezco que los hayas recogido porque así no entro con miedo a lastimarme, tropezarme o romper uno de tus juguetes al pisarlo”.
Con la segunda afirmación, el niño sabe qué de lo que hizo sirvió, a qué sirvió, cómo te beneficia o ayuda a ti y cómo le beneficia o ayuda a el. (El niño quiere que leas su cuento en las noches).
Qué pasa cuando somos mayores, salimos al mundo a querer ser productivos y por supuesto generar ingresos económicos. ¿A cuántos de ustedes se les facilita identificar qué pueden hacer y a qué o quienes puede servir esa actividad? ¿Qué tanto podrían relacionar esta habilidad con la forma en la que fueron educados?
¿De qué formas obtenían reconocimiento por lo que hacían? Los comentarios positivos les daban parámetros que pudieran seguir y replicar o eran muy subjetivos pues dependían de las expectativas que ustedes no conocían de los otros, el humor o las circunstancias particulares?
Después de concluir, que la forma en la que reconocemos a nuestros hijos, puede ayudarles a identificar necesidades y satisfacerlas. Que les puedo dar un punto de partida para saber qué pueden hacer exactamente para; mejorar, ayudar, apoyar o beneficiar obvio a ellos mismos pero a través de esa acción a los demás. Que en el futuro se les facilite identificar actividades productivas que les generen ingresos además de satisfacción, decidí empezar a hacer lo siguiente en casa con mis hijos:
1. Identificar mis expectativas y asumir que son mías. De esta forma no las traslado a ellos.
2. Pedir las cosas especificando mi necesidad. Es decir cómo me van a ayudar o servir. Ejemplo: en lugar de decir: “Recoge tu cuarto y acomoda la ropa por colores”, cambiarlo por: “Cuando recoges tu cuarto me es más fácil entrar a sacudir los muebles y si tu te haces cargo de guardar tu ropa, puedes organizarla como mejor te funcione a ti.”
3. Negociar las peticiones. Si tu hijo te dice que no quiere hacer algo como se lo pides, pregúntale porqué no, a qué le sirve a el no hacerlo o si tiene otra manera de hacerlo que tenga un resultado que los beneficie a ambos. No te encapriches con que las cosas se tienen que hacer cuando y como tu quieres porque entonces estas invalidando totalmente lo que la otra parte pueda querer o sus necesidades y no das espacio para la creatividad o iniciativa de hacerlas de otra forma.
4. Reconocer las cosas que te aportan algo. Esto como ya lo dije, tratando de especificar qué de lo que se hizo es de beneficio o ayuda y en qué nos benefició o ayudó. Cuál fue la aportación que tu hijo hizo. Esto además de ser algo más alcanzable, le permite reconocer el camino que siguió para conseguirlo, entender lo que se espera de él y decidir seguir dándolo pues a todos nos gusta hacer sentir bien a las personas que nos importan y queremos. En esta etapa de la vida, obtenemos reconocimiento = amor. En el futuro fuera de casa esto se traduce a satisfacción, éxito y dinero.
Si no sabes qué hiciste para que te dieran una palmada en la espalda, no sabes a qué sirves, no sabes cuáles de tus acciones aportan a tu entorno, ni qué es lo que se valora de ti. Tampoco identificas las habilidades que te permiten hacer cosas que beneficien a otros, Sin esto, ¿cómo vas a poder en el futuro elegir una carrera, trabajar en algo o montar un negocio con la confianza de que sabes cómo funcionan las cosas?.
No quiere decir que no vayas a fallar o a equivocarte, pero la primer parte que a mi punto de vista es la más importante que es saberte valioso y capaz de aportar ya la vas a tener cubierta.
¿Te identificas con algo de lo que compartí hoy? ¿Crees que la forma en la que te reconocían tenga algo que ver con la forma en la que buscas actividades económicamente productivas hoy? ¿Cómo reconoces a tus hijos? ¿Podrías intentar cambiar la forma en la que los reconoces para darles más herramientas para encontrar las formas en las que pueden servir a otros?
Nos vemos la próxima!
Comentarios