¿Quieres ser una mamá con estilo?
- Mariedith Losan
- 16 ene 2024
- 4 Min. de lectura
¿Te preocupa cómo estas ejerciendo tu maternidad? ¿Te asaltan las dudas constantemente de si lo estás haciendo bien? ¿No sabes por donde ir y no quieres perder el estilo? Si lo que quieres es ser una mamá con estilo, el blog de hoy es para ti.
Vamos a comenzar por entender qué es el estilo. Según la RAE, estilo es un modo, manera o forma de comportamiento. El uso, la práctica, costumbre o moda. Y esto me dirás, ¿cómo está relacionado con el ejercicio de la maternidad? Pues tiene una relación muy estrecha porque los estilos de maternidad son comportamientos que se dan en la vida diaria, es decir, en la práctica y que están relacionados con las costumbres y si, la moda del momento.
Nuestro estilo de maternidad no es el mismo que el de nuestras abuelas, pues se ha tenido que adaptar al contexto histórico y sociocultural en el que estamos viviendo y a las necesidades que han surgido de esto.
Hay diferentes estilos de maternidad y como dice el dicho, de la moda lo que te acomoda. No todos los estilos son adecuados para todos y no cualquiera te va a funcionar a ti y a tus hijos.
Los estilos de maternidad actuales son:
El estilo permisivo.
En este, a los padres no les gusta mucho la disciplina, suelen tener pocas o ninguna regla, y no hay consistencia ni congruencia en su aplicación. No hay por lo tanto límites claros. Son padres indulgentes que permiten una libertad excesiva tanto dentro como fuera del hogar. Son padres excesivamente afectuosos, lo cual no es malo, pero es un afecto que no está bien dirigido.
Este tipo de estilo genera confusión e inseguridad en los hijos pues no aprenden a respetar límites y a responsabilizarse de sus acciones y consecuencias. El afecto mal dirigido hace que sientan que todo lo que hacen está bien lo que disminuye la sensación de logro pues no hay un punto comparación a través de enfrentar y vencer retos que los lleve a reconocerse.
No les es fácil construir una autoestima sana cuando no hay contra qué comparar sus acciones y reconocer el crecimiento cuando se les dice que todo está bien o no se les dice nada por falta de estructura, de reglas y de límites.
El estilo autoritario.
La rigidez es excesiva y en muchos casos innecesaria o sin un objeto claro o reglas y consecuencias congruentes con edad y madurez de los hijos. Abundan los castigos y las reglas, pero escasea el afecto y el reconocimiento lo que genera una baja motivación e identificación de satisfactores y metas logradas por parte de los hijos pues pareciera que sin importar lo que hagan, siempre se quedan cortos. Las cosas se hacen porque papá o mamá lo mandan y punto.
En este estilo se usan mucho las amenazas, la coerción para obligar al hijo a hacer lo que el padre considera que es lo adecuado, hay poca comunicación, casi nada o nada de negociación y no se busca atender las inquietudes o necesidades de ambas partes. Es una relación unilateral.
El exceso de rigidez, la falta de libertad para poder poner en práctica lo aprendido de forma progresiva, pueden generar a la larga hijos inseguros o propensos a querer experimentar con todo lo que creyeron que debían hacer pudiendo caer en conductas de riesgo.
El estilo indiferente.
En este estilo los padres se desentienden completamente de lo que hagan los hijos, ignoran tanto las conductas positivas como negativas. Son padres ausentes que no brindan apoyo ni guía a los hijos, que no establecen reglas ni consecuencias, que no acompañan, que no plantean retos. Los hijos de este estilo terminan siendo los peor adaptados y los que tienen más temas de conductas desadaptativas.
El estilo que impone autoridad.
Este estilo va a combinar y a buscar el equilibrio entre el permisivo y el autoritario. Los padres de este estilo ponen reglas, establecen límites claros, pero comprenden y atienden las necesidades e inquietudes de los hijos de acuerdo con sus edades y niveles de madurez.
Permiten un grado de libertad adecuado que lleve a los hijos a tener experiencias, pero dentro de un contexto en el que hay responsabilidad y se asumen las consecuencias de las acciones.
Este estilo de padres define las reglas basándose en sus valores, las plantean a los hijos, las negocian dentro de los límites establecidos por ellos como los adultos responsables siendo lo suficientemente flexibles para permitir un rango de acción que facilite el establecer conductas adecuadas tomando en cuenta las inquietudes y necesidades de los hijos.
Los hijos de este estilo tienden a ser los mejor adaptados social y emocionalmente y son los que presentan mayor resiliencia, menos conductas desadaptativas y de riesgo.
Ahora que conoces los estilos de maternidad, puedes escoger el que mejor se adecue a tus necesidades y a los objetivos que te hayas planteado cuando decidiste tener hijos. Como todos los estilos, puedes personalizarlo y hacer el tuyo propio, solo busca que genere un ambiente mayormente estable, con congruencia y consistencia, en el que se busque la satisfacción de las necesidades básicas de ambas partes a través de acciones que den los resultados que esperas de acuerdo con lo que es importante para ti, es decir, basándote en tus valores fundamentales.
Comments