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¿Cómo sobrevivir a la presión del grupo?

Hace unas semanas di el taller de comunicación y ventas. Uno de los temas que se manejan para mejorar la comunicación es el evitar negar la responsabilidad, ya que esta se vuelve en nuestra contra cuando nubla nuestra conciencia de que todos somos responsables de nuestros propios sentimientos, acciones y pensamientos.



Una de las formas en las que negamos la responsabilidad por nuestras acciones es cuando atribuimos la causa de lo que hicimos a factores externos a nosotros. Dentro de la variedad de factores que existen para este caso, en este taller, resaltó el de la presión del grupo.


Hacemos responsable al grupo por nuestras acciones, sentimientos o pensamientos cuando decimos cosas como:

-Empecé a fumar porque todos mi amigos fumaban.

-Me emborraché para que no me dijeran que no jalo con ellos.

-No acepté un trabajo nuevo porque mis compañeros me iban a ver como un traidor al grupo.

-Me pasé el alto porque mis amigos me dijeron que lo hiciera.

-Acepté la corrupción en mi trabajo para que me siguieran considerando parte del equipo.


Los seres humanos somos seres sociales, necesitamos estar con otras personas de las cuales recibimos; afecto, compañía, apoyo, reconocimiento, etc. Nos sentimos importantes, parte de algo, confirmamos nuestra existencia a través de los ojos/mirada del otro. Esto desafortunadamente nos puede poner en situaciones incómodas, difíciles, riesgosas, etc. si no podemos separar nuestras necesidades de socializar y ser reconocidos, de nuestros valores, metas/prioridades y miedos.


¿Qué podemos hacer para sobrevivir a la presión del grupo?

1. Conócete a ti mismo. Esto puede ser lo más importante y también lo más difícil. Como ya hemos visto en otros de mis blogs, no nos enseñan a escucharnos, a identificar nuestras emociones y las necesidades debajo de las mismas. No tenemos claros nuestros valores y muchas veces, nuestras metas son más para seguir en el grupo, es decir para afuera que para alcanzar metas personales ligadas a las cosas que realmente nos van a generar más bienestar y satisfacción personal.

Así que antes que nada, te invito a escucharte, y tener claro qué quieres.

2. Se congruente. Una vez que tengas claros tus valores, sentimientos deseados, necesidades y metas, te será más fácil buscar ambientes/grupos, que estén más alineados contigo. Esto no quiere decir que no te encuentres en el camino a personas que quieran llevarte al lado oscuro, que no quieran verte brillar.


Cuando alguien brilla (sobresale, tiene éxito, hace las cosas diferentes que el grupo, etc). Les muestra a los demás que hay otros caminos, otras posibilidades, otras formas de experimentar la vida. Les hace ver que no todo es tan malo, que la vida no es como todos en el grupo quieren creer. Y al grupo no le gusta que lo hagan sentir que está mal, o que lo quieran sacar de su zona de confort, porque es una zona de confort compartida que se retroalimenta y fortalece de los paradigmas que confirman que están en lo correcto. A nadie le gusta que le digan que está mal y al grupo mucho menos.


Esto es lo más triste, pareciera que en algunas sociedades -como la anécdota de los cangrejos en la cubeta- es más fácil sufrir todos de lo mismo que encontrar la salida para ir siendo felices. Entonces cuando a alguien se le ocurre dejar entrar algo de luz –empezar a trepar para escapar de la cubeta- los demás en vez de ayudarlo, lo jalan para que siga atrapado en esa realidad compartida, donde todos pueden quejarse y sufrir de lo mismo.


Cuando en un grupo todos tienen creencias similares, alimentan y confirman las creencias de los demás y nadie sale de su zona de confort.


Entonces, regresando al punto, se congruente, busca grupos que tengan los mismos intereses, valores, actitudes, que tu. Que te impulsen a crecer, que respeten tus decisiones y te apoyen. Que quieran ayudarte a salir de la cubeta, porque ellos también quieren salir.


3. Pon límites. Esto va muy de la mano con los puntos anteriores. En un grupo, por más afines que puedan ser a ti, siempre va a haber diferentes formas de pensar; creencias, valores, prioridades, etc.


Es muy importante que cuando haya algo que no va contigo, aprendas a poner límites. Para esto es que es tan importante conocer y vivir tus valores, ser íntegro, Cuando sabes porqué haces lo que haces, sabes que cuando le dices que no a alguien o a algo, te estás diciendo que si a ti. Puedes respetar las formas de pensar de otros, pero sabes perfecto lo que te conviene, tienes claras tus metas y el camino que quieres seguir para alcanzarlas. Puedes decir que no sin tomarte personal la reacción del otro y si así lo decides, puedes exponer tus razones de no hacer lo que el grupo te pudiera pedir y pedir que respeten tu decisión.


Cree en ti, ten claros tus Si, para poder decir que no a lo que no contribuye a tu crecimiento y bienestar. Busca en diferentes lugares y ve haciendo grupos afines a tus valores y creencias. Crezcan juntos, apóyense, ayúdense pero sobretodo, respeten el no del otro siempre, con la tranquilidad de que tu también puedes decir que no.


Nos vemos la próxima!

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