Cuatro pasos para que tu pareja haga lo que tú quieres
- Mariedith Losan
- 4 feb 2021
- 4 Min. de lectura
Hace poco diagnosticaron al esposo de una amiga con problemas serios de salud. El médico dio varias indicaciones que incluían cambios de hábitos en alimentación y ejercicio.
El esposo, en apariencia, pareció no haber captado la gravedad del problema y por supuesto no daba ninguna señal de estar dispuesto a cambiar.
La esposa, en cambio, empezó a cocinar de acuerdo a su dieta y a decirle todos los días que era necesario que empezara a hacer ejercicio con comentarios como; “Sal a caminar. ¿Por qué no compras una caminadora?. ¿Y si te inscribes a un gimnasio?”
Hasta el punto en que un día en un restaurante ella le advirtió que si pedía cosas fuera de lo que tenía permitido por el médico, ella se iba a parar e ir dejándolo solo. Ella acabó regresando a casa sola en Uber.
Por supuesto el marido ni se inmutaba y sus reacciones a los comentarios eran de reto, diversión o reclamos y enojos, con comentarios de que no se metiera en lo que no le importaba y que lo dejara en paz.
Este es un caso donde quisiéramos que el otro hiciera lo que nosotras queremos.
Pero difícilmente lo conseguimos si no es con amenazas o manipulación. Y la que sufre es la relación que se torna tensa y carente de armonía.
¿Y qué deberíamos hacer? ¿Nada? ¿Dejamos que las cosas sigan y tengan el desenlace que tanto tememos, o no...?
Te doy a continuación los cuatro pasos para hacer que otros hagan lo que “tú quieres”:
1. Define ¿para qué?
Lo primero es que tengas muy claro para qué quieres que el otro haga algo. Piensa si es realmente importante, si tiene que ver más contigo que con la otra persona. Escribe tu “para qué”. Si decides que su importancia amerita seguir, pasa al siguiente punto.
2. Define exactamente lo que necesitas.
Escribe una frase donde expreses claramente tu necesidad.
Ejemplo: Necesito que cuides tu salud.
3. Define/descubre cómo te sientes cuando no pasa lo que necesitas que pase.
Ejemplo: Cuando (no cuidas tu salud) me siento (angustiada, intranquila, con miedo).
Esto te va a ayudar también a darte cuenta si puedes resolver tu necesidad por ti misma sin involucrar al otro. Para esto te doy otro ejemplo; si te sientes intranquila por tu futuro económico, porque tu pareja no tiene el hábito del ahorro, podrías entonces pensar en ver de que manera tu generas un ahorro para ti, que te ayude a tener más tranquilidad en ese aspecto.
4. Habla con tu pareja de igual a igual.
Como mujeres, tendemos -por educación, circunstancias, cultura, etc.- a ocupar el lugar de la madre de nuestra pareja y en muchas ocasiones acabamos tratándolos más como hijos que como a nuestra pareja o lo que sería lo mismo como a un adulto responsable.
Esto genera en el otro las mismas respuestas que tenían como adolescentes hacia las figuras de autoridad, reglas, formación de hábitos, etc.
Entonces con los pasos dos al cuatro, nos hacemos responsables de nuestras necesidades y le entregamos al otro la parte que le corresponde de su responsabilidad. Dejamos abierta la opción de apoyarlos como pareja en lo que ellos decidan que necesitan.
Un ejemplo sería:
“Cuando veo que no cuidas tu salud, me siento (intranquila) porque necesito (saber que tanto tus hijos como yo te vamos a tener el mayor tiempo posible con nosotros). Pero respeto la decisión que tomes al respecto y solo te quisiera pedir que (pases más tiempo con nosotros, compres un seguro de educación, gastos médicos…). Yo por mi parte te ofrezco mi apoyo en lo que decidas hacer. Te ofrezco no volver a cuestionar o criticar tus decisiones al respecto y estoy abierta a trabajar contigo como tu pareja en lo que haga falta."
Estos pasos los puedes aplicar adaptándolos a lo que sea que definas como temas importantes para ti, en los que necesitas ver cambios por parte de otra persona. Son temas en los que quieres que hagan lo que "tú quieres", porque finalmente para ti es lo mejor o lo que los va a beneficiar más como pareja o familia. Ten en cuenta que siempre será tu perspectiva y no por eso los demás lo tienen que ver igual que tú.
No hay que olvidar que nadie puede hacer que otro haga lo que no quiere. Aquí el "truco" es asumir tu responsabilidad por tus sentimientos y necesidades y entonces pedir lo que quieres de forma clara y sin echar culpas.
Todos los seres humanos estamos deseosos de aportar algo a la vida de los demás y cuando nos damos cuenta que nuestras acciones nos van a permitir ejercer nuestra empatía y capacidad de resolución de problemas o van a aportar a la vida de alguien más, estamos mucho más dispuestos a "hacer lo que el otro quiere".
¿Qué opinas de esta forma de ver las cosas?
¿Estarías dispuesta a soltar un poco de control y permitir que la otra persona tome lo que le corresponde de responsabilidad en la toma de decisiones?
¿En qué circunstancias podrías probar con estos pasos para que el otro haga "lo que tu quieres"?
Me encantaría leer tus comentarios
Sigue creciendo, el cielo es el límite, la felicidad está en ti.
Comments