Empieza con ¿para qué?
- Mariedith Losan

- 4 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Me puse a pensar en por qué no encontramos la motivación suficiente para hacer las cosas, por qué no perseveramos, por qué seguimos haciendo lo mismo, esperando resultados diferentes y creo que tiene que ver con la pregunta en si.
La pregunta ¿por qué?, nos lleva a responder por el exterior. Las respuestas no vienen de nuestro verdadero ser, de lo que realmente pensamos y queremos.
Reflejamos razones que no tienen que ver mucho con nosotros, que están fuera de nuestro control o que son expectativas de otros.
Estas son algunas de las cosas que hacemos cuando contestamos a preguntas con ¿por qué?:
-Justificar. ¿Por qué no cambias de trabajo? Porque la situación está muy complicada.
La situación complicada no tiene nada que ver con nosotros, puede afectarnos, pero no es algo que nosotros podamos controlar, por lo tanto nos quita tanto control como responsabilidad sobre nuestra decisión de cambiar de trabajo. En ningún momento analizamos que queremos de nuestro trabajo y que tenemos en el trabajo actual.
-Vivir expectativas o deseos de otros. ¿Por qué no dejas a tu pareja abusiva? Porque, qué van a decir de mi si me divorcio.
No importa como te sientas o lo que quieras, estas contestando por lo que crees que los otros esperan de ti.
-Evadir. ¿Por qué escogiste esa carrera? Porque si, nomás, esa me gustó.
Esto es casi como contestar con un si o un no. No se da nada de información de qué esperabas de la carrera, qué te gusta de la misma, cómo te piensas desarrollar en ella, etc. La contestación al por qué en este caso, evade pensar o compartir nada más.
-Responsabilizar a otros. ¿Por qué no cambias? Porque así me hicieron mis papás, porque ellos me traumaron.
¿Para qué te quieres quedar cómo eres hoy?, es una pregunta que te lleva a hacerte consciente y responsable de tu vida y tus cambios o actitudes. De otra forma, siempre se va a poder encontrar a alguien o algo más que se responsabilice.
Y así como estas puede haber muchas otras formas de contestar a la pregunta por qué pero ninguna nos da realmente la razón de estar o hacer lo que hacemos.
Creo que para encontrar respuestas y llegar al fondo del asunto, debemos cambiar la pregunta por qué por para qué.
Hay que recordar que nunca hacemos nada para sentirnos mal, incluso si no es lo mejor para nosotros, siempre vamos a querer tener la razón y vamos a encontrar formas de explicarlo, justificarlo o demostrarlo.
Si te pregunto; ¿Para qué te quieres quedar en ese trabajo?, automáticamente tienes que encontrar razones por las que vale la pena, o no, mantenerte ahí. No doy pie a una justificación sino a una respuesta razonada de para qué te sirve hacerlo.
Nuestro pensamiento no responde en función de si es lo que más nos conviene, más bien lo hace en función de hacernos sentir bien y darnos la razón. Esto sin importar si lo que hacemos está alineado con nuestras metas u objetivos.
Por eso la pregunta “¿Para qué?”, es muy útil para entender qué es lo que realmente queremos, qué es lo mejor para nosotros, nuestras metas, planes y bienestar.
Te invito a probar cambiando tus ¿por qué?, por ¿para qué?
¿Para qué quieres tener más dinero, bajar de peso, cambiarte de casa, comprar un carro nuevo, estudiar leyes, abrir un negocio, tener hijos?
Cuando respondas para qué, vas a encontrar la motivación, la perseverancia, los caminos para hacer cambios y para conseguir lo que te propongas.
Cuéntame cómo te va.
Nos vemos la próxima!





Comentarios